Tabla de Contenidos
- 1 1. ¿Por qué aplicar criterios de sostenibilidad en la toma de decisiones?
- 2 2. Criterios sostenibles, ¿cuáles son?
- 3 3. ¿Cuándo incluir los criterios de sostenibilidad?
- 4 4. ¿Cómo incluir criterios de sostenibilidad?
- 5 5. La URJC y la Agenda 2030
- 6 6. Casos prácticos
- 7 Bibliografía
- 8 Recursos gráficos y audiovisuales
1. ¿Por qué aplicar criterios de sostenibilidad en la toma de decisiones?
A modo de síntesis, de todo lo que hemos visto hasta ahora podemos concluir…
…que la biodiversidad es vida y tiene la capacidad de ofrecernos servicios indispensables para nuestra supervivencia como salud, alimentos, cobijo y abrigo. Es por tanto una fuente de bienes y servicios esenciales para la subsistencia del ser humano.
…y que factores como el aumento de actividad humana generado por el aumento de población y el cambio climático son las causas fundamentales de pérdida de biodiversidad y, por tanto, una gran amenaza para nuestro bienestar:
- La población mundial en 2015 fue de 7,3 mil millones de personas. En el año 1950 la población mundial se cifraba en 2,5 mil millones y se prevé que en 2050 lleguemos a 9,7 mil millones (Martin de Wulf, 2015). Una evolución sin precedentes. Según el informe World Population Prospects 2022, que hoy publica el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, la población mundial ascenderá a un total de 8.000 millones de personas el 15 de noviembre de 2022. El hecho de alcanzar esta cifra es tanto un motivo de celebración como un toque de atención para que la humanidad encuentre soluciones a los desafíos a los que nos enfrentamos.
- El cambio climático es un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables (Artículo 1, párrafo 2 Convenio Marco) (UNFCCC).
El cambio climático es un hecho y puesto que la causa es directa o indirectamente la actividad humana (las pautas de consumo de los países ricos), somos nosotros los responsables de frenarlo.
Urge un cambio de actitud y, lo más importante, para lograrlo hay que ser conscientes de que existe esta necesidad. Parémonos a reflexionar en las consecuencias que está teniendo y tendrá nuestra conducta como profesionales y como individuos.
Podemos actuar en consecuencia incorporando criterios de sostenibilidad en nuestra toma de decisiones. Conocemos las tres dimensiones de la sostenibilidad: protección ambiental, justicia social y economía equitativa. Ahora necesitamos saber cuáles son estos criterios, cuándo aplicarlos y cómo hacerlo. La agenda 2030 y sus 17 ODS son un claro ejemplo de las interconexiones existentes entre las dimensiones y los ODS. Si con una acción contribuimos a alcanzamos una meta seguramente estemos realizando simultáneamente contribuciones en otras metas. Por el contrario, si con una acción estamos obstaculizando alcanzar ese logro o incluso impidiéndolo seguro que también afecta negativamente a otras metas.
En nuestra vida profesional, estamos continuamente tomando decisiones. Es difícil clasificarlas, pues depende en gran medida del tipo de trabajo que estemos desarrollando, pero sí que podemos identificar los parámetros utilizados en cada caso (económicos, funcionales, de rentabilidad, de visibilidad, de eficacia, comerciales, sostenibles…).
En nuestro día a día, en el ámbito personal, es más sencillo identificar las acciones rutinarias y sus efectos sobre el medio. Para darte cuenta de ello, prueba a responder a preguntas tan sencillas como: ¿cómo me desplazo?, ¿qué como?, ¿me lo compro? ¿dónde lo compro?, ¿lo desecho?, ¿dónde lo tiro?, ¿de dónde viene lo que compro?
Vamos a ponerlo en práctica.

2. Criterios sostenibles, ¿cuáles son?
Cuando hablamos de criterios sostenibles nos referimos a aquellas pautas que evitan o, en su defecto, minimizan el impacto ambiental, económico y social producido por la acción antrópica (en adelante Acción) que se esté planificando, desarrollando o explotando.
Estos criterios hacen compatible cada Acción con la preservación del valor del Capital Natural y, por ende, los servicios de los ecosistemas, asegurando el bienestar humano.
Por otro lado, estas pautas integradas desde la concepción de la Acción, ayudan a frenar el proceso de cambio climático en el que estamos inmersos (mitigación o adaptación).
Serán considerados criterios sostenibles aquellos que nos permitan mitigar y adaptarnos al cambio climático.
Es crucial identificar los efectos que conlleva la Acción planificada, evaluar la magnitud del impacto y aplicar las medidas preventivas, protectoras y correctoras necesarias mediante buenas prácticas.
Veamos cómo enlazan los conceptos para entenderlo mejor.
Identificación de efectos
Es muy importante identificar los efectos sociales, medioambientales y económicos generados como consecuencia de la Acción desde el inicio, pudiendo llegar a ser positivos o negativos. Esto nos permitirá incorporar las medidas necesarias para no generarlos o minimizarlos.
Algunos efectos negativos que generan pérdidas de funciones en los servicios de los ecosistemas son la deforestación, fragmentación de bosques, aumento de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero), contaminación atmosférica, contaminación del agua y pérdida de biodiversidad.
Veamos algunos ejemplos prácticos de los efectos que producen algunas Acciones:


Presentamos a continuación un caso positivo generado por Acciones reguladoras mediante la modificación de reglamentos en la región asociadas a mejoras tecnológicas. La contaminación por NO2 se produce principalmente durante la combustión de gasolina en motores de vehículos y carbón en centrales eléctricas. Estas imágenes representan la mejoría observada en el corredor noreste de los EE.UU., de Boston a Richmond, donde se han producido algunos de los más grandes cambios en concentración de NO2, gracias a los reglamentos, las mejoras tecnológicas y los cambios económicos. La contaminación del aire -incluyendo NO2- ha disminuido a pesar de producirse un aumento de la población y del número de coches en las carreteras (NASA).


Para tratar un ejemplo de Acción negativa, exponemos el caso de Hurghada. En la década de 1980, sólo 12.000 personas vivían en Hurghada (Egipto). Para el año 2014, más de 250.000 personas residían allí y más de 1 millón de turistas lo visitaban cada año, atraídos por algunos de los mejores lugares de buceo en el mundo. Sin embargo, el medio ambiente local, concretamente el ecosistema de arrecifes de coral, ha pagado un alto precio. Según un estudio, los corales cercanos a Hurghada han disminuido hasta en un 50 % en un poco más de tres décadas debido al dragado y vertido de sedimentos, a los daños causados por los buzos descuidados y otros factores relacionados con el desarrollo de la zona (NASA).
Todo ello se podría haber evitado si el desarrollo turístico del territorio se hubiera realizado con criterios de sostenibilidad. Resulta curioso que el propio recurso utilizado de reclamo y que constituye un potente motor económico, en este caso las zonas de coral y su biodiversidad, sea el que está sufriendo las consecuencias del aumento de población y el turismo masivo, poniendo en riesgo el futuro del bienestar y desarrollo de la zona.
Según la NASA “Existe evidencia inequívoca de que la Tierra se está calentando a un ritmo sin precedentes. La actividad humana es la causa principal. Si quieres ver evidencias de que el cambio climático es real pincha aquí.
Evaluación de Impactos
Una vez identificados los efectos, debemos proceder a cuantificarlos para poder determinar su alcance a través de un diagnóstico de las consecuencias positivas y negativas que genera la Acción.
Para ello, disponemos de varias herramientas que nos permiten evaluar el impacto producido por la Acción o realizar el seguimiento mediante la evaluación continua de la actividad de una organización o proceso.
Algunos ejemplos de herramientas más frecuentes:
Evaluación de Impacto Ambiental
En España esta herramienta está regulada por la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental. En ella se contemplan los procedimientos a seguir y el ámbito de aplicación a nivel nacional. En los anexos de la ley se contemplan varios niveles de alcance de los estudios de evaluación de impacto en función de la actividad a evaluar. Las comunidades autónomas también disponen de su propia legislación.
Huella de Carbono de un producto o una organización
Es un indicador cuyo resultado se obtiene en tn CO2eq emitidas a la atmósfera. En el caso de que estemos calculando la huella de un producto, se referirá a su fabricación y en el caso de que lo analizado sea una organización, se refiere a un periodo de actividad. En ambos casos el objetivo del cálculo de la huella de carbono es conocer las emisiones, reducirlas y compensarlas.
La Oficina de Cambio Climático (MAGRAMA) tiene un Registro de la Huella de Carbono de Organizaciones. Este registro, de carácter voluntario, nace con la vocación de fomentar el cálculo y la reducción de la huella de carbono por parte de las organizaciones españolas, así como de promover los proyectos que mejoren la capacidad sumidero de España, constituyéndose, por tanto, en una medida de lucha contra el cambio climático de carácter horizontal.
La URJC registra su huella de carbono desde 2017, obteniendo el sello de Calculo y Reduzco para el año 2020, es decir en los 3 años consecutivos de reducción de emisiones que exige la certificación para la obtención del sello de Reduzco.
Análisis del ciclo de Vida (ACV)
Es una herramienta que mide el impacto ambiental de un producto (sistema producto) a lo largo de todo su ciclo de vida, es decir, desde que se obtienen las materias primas que lo componen hasta finalizar su vida útil. Recopila y analiza todos los datos de las entradas y salidas del sistema y se obtiene el impacto ambiental potencial. El resultado es en tn de CO2 que se emiten en la producción del elemento analizado.
Por ejemplo, si realizamos el Análisis del Ciclo de Vida de una botella de agua obtendremos las emisiones de CO2 en las diferentes fases de producción: obtención de materias primas, transporte de materias primas, fabricación del envase y del tapón, embotellado del agua, distribución a los puntos de venta y, por último, reciclaje de envases y transporte de residuo generado en todo el proceso a vertedero.
Huella ecológica
“La Huella Ecológica equipara la demanda de la humanidad sobre la naturaleza con la extensión del área biológicamente productiva necesaria para suministrar recursos y absorber residuos. Se consideran seis categorías de demandas: la huella de las tierras de cultivo, de las tierras de pastoreo, de las zonas de pesca, la forestal, la huella del suelo urbanizado y la huella de carbono” (Índice de Planeta Vivo, 2016).
Ya en 2013, según el informe de la National Footprint el impacto que producíamos a escala global era muy superior por ha y por persona a la capacidad de carga que puede soportar el planeta en esa misma fecha. Además, hay que tener en cuenta que estos valores varían según las regiones del planeta.
Descubre cómo en el mapa interactivo.
Aplicación de Criterios Sostenibles. Buenas prácticas
En base a los resultados obtenidos en la evaluación de los impactos producidos, planificamos la incorporación de las medidas necesarias para evitar los efectos negativos y potenciar los positivos. Para ello, se aplican medidas preventivas, protectoras y correctoras. Las medidas se pueden agrupar en base a los elementos sobre los que se actúa, de esta manera tenemos: eficiencia energética, gestión de residuos, consumo responsable, movilidad sostenible, difusión y sensibilización.

3. ¿Cuándo incluir los criterios de sostenibilidad?
El criterio de sostenibilidad hay que incluirlo SIEMPRE y a cualquier nivel tanto en el plano profesional como en el personal.
En la actividad profesional se deben de contemplar todas las fases:
- En la fase de Planificación Estratégica o Proyecto Básico.
- En la fase de redacción del Plan o Proyecto.
- En la fase de construcción.
- En la fase de desarrollo o explotación.
En el Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) celebrado en 2016, se argumentó sobre la necesidad de potenciar en las profesiones el concepto de sostenibilidad. En las conclusiones de la jornada, se destacó la importancia de las profesiones de “ambientalizar” el propio acto profesional (Unión profesional, 2016).
Como ya hemos visto, toda actividad cotidiana depende de los servicios de los ecosistemas que nos sustentan de manera que ninguna actividad queda al margen de esta recomendación.

4. ¿Cómo incluir criterios de sostenibilidad?
Ya sabemos que la inclusión de los criterios sostenibles en cualquier actividad es primordial para avanzar hacia un desarrollo sostenible. Como hemos comentado en los temas anteriores, es más fácil incluir los criterios si tenemos un diagnóstico previo de los efectos de la Acción, de esta manera aplicaremos las medidas necesarias para corregir los efectos negativos.
En líneas generales podemos agrupar estas buenas prácticas de la siguiente manera:
Eficiencia energética
Las actividades relacionadas con la energía (procesado, transformación, consumo…) representan el 80% de las emisiones de CO2 a escala mundial, por lo que las fuentes de energía son clave en la lucha contra el cambio climático. Los principales gases de efecto invernadero producidos son el CO2 y el CH4, procedentes de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), así como el de las minas de carbón, en disminución, y de las instalaciones de hidrocarburos y gas (MINETUR).

El consumo de energía es necesario para el desarrollo económico y social. La sociedad actual es consumidora de grandes cantidades de energía, por lo que el principal problema medioambiental del consumo energético actual es el incremento de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a la atmósfera y su conocido papel como motor del cambio climático.
Si utilizamos la energía de manera eficaz y responsable obtendremos mayores prestaciones con menos consumo, lo que permite una menor dependencia de los suministros (siendo en su mayor parte reservas limitadas, como los combustibles fósiles) y un y menor impacto ambiental tanto en su obtención como en su consumo.
Si la energía utilizada procede de fuentes de energías renovables (viento, agua, aire y biomasa) disminuimos las emisiones de GEI.
En Aula Digital del IDAE para aprender a Ahorrar Energía podrás aprender más sobre cómo ahorrar energía.
El acceso al agua y al saneamiento es un derecho humano. Este derecho es en sí mismo indispensable para la vida y la dignidad, pero constituye también la base para alcanzar muchos otros derechos humanos, como el derecho a la salud y el derecho al desarrollo. Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Agua
El agua es la base del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan sustentan la población actual, contribuyen a la reducción de la pobreza y favorecen el crecimiento económico y la mejora ambiental, siendo básica para el desarrollo humano sostenible.
En la búsqueda de ese desarrollo sostenible, el agua y los recursos relacionados se deben gestionar como elemento indispensable para el bienestar humano, pero preservando la integridad de los ecosistemas. Garantizar agua suficiente y segura es un derecho humano. Para que cada persona pueda satisfacer sus necesidades básicas con estilos de vida saludables también es necesario seguir haciendo un esfuerzo en dar servicios de saneamiento de manera equitativa, gestionado de manera eficiente la infraestructura tanto de abastecimiento como de saneamiento.
La falta de saneamiento es un gran impedimento para la sostenibilidad del desarrollo humano. Según Naciones Unidas, si bien se ha conseguido progresar de manera sustancial a la hora de ampliar el acceso a agua potable y saneamiento, existen miles de millones de personas (principalmente en áreas rurales) que aún carecen de estos servicios básicos. En todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.
Pero hay otros impactos conocidos aunque no cuantificados. El inadecuado tratamiento de las aguas fecales genera un importante impacto negativo sobre el medio por contaminar las aguas superficiales y, también, las subterráneas. Naciones Unidas estima que más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación, contaminando el entorno y pasando a ser un problema de salud pública, sobre todo en países en vías de desarrollo. 3 de cada 10 personas carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y 6 de cada 10 carecen de acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de forma segura.
Toda la cadena de saneamiento, recolección de aguas residuales y la utilización de productos de tratamiento de aguas residuales tiene que ser planificado y meditado en las etapas de diseño y de financiación para garantizar la sostenibilidad de los servicios de saneamiento en el largo plazo.
Existe una creciente necesidad de mejorar la planificación y los marcos reguladores relacionados con el agua y el saneamiento, empleando enfoques holísticos e integradores para la gestión de los recursos hídricos, lo que se conoce como planificación estratégica.
Si bien la planificación de acciones de saneamiento es importante, también lo es mirar más allá de las necesidades del sector en coordinación con la educación, la salud y el desarrollo urbano. Hay una creciente necesidad de mejorar la planificación y los marcos reguladores relacionados con el agua y el saneamiento, empleando enfoques holísticos e integradores para la gestión de los recursos hídricos.
Resolución 64/292, en el año 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.
Protección de los ecosistemas y la biodiversidad
Nuestra supervivencia depende de la conservación de la biodiversidad. Los ecosistemas nos abastecen, regulan el clima, depuran las aguas, limpian la atmósfera, nos ofrecen confort, y dan soporte mediante el ciclo de nutrientes, la polinización, los sumideros de carbono (MA, 2005). Como ya se ha comentado, los océanos constituyen el mayor almacén de dióxido de carbono del planeta. El siguiente video nos permitirá profundizar sobre las consecuencias directas que generan nuestras emisiones de CO2 sobre los océanos, destacando la desaparición de especies y la previsible escasez de alimento sobre aquellas comunidades que dependen de la pesca.
Gestión de residuos

En nuestra sociedad de consumo, uno de los mayores problemas generados a nuestros ecosistemas, es la cantidad de residuos que generamos. “Los ecosistemas son el sumidero al que van a parar todos los residuos derivados del metabolismo socioeconómico, tanto en sus fases productivas como consuntivas. La necesidad de reflejar este hecho erige la noción de capital natural como concepto clave para poner de relieve el papel que juegan los ecosistemas en el sustento de las economías, permitiendo su articulación en el lenguaje económico” (Gómez-Baggethun & de Groot, 2007).
Implantar la ley de las 5R (reducir, regular, reutilizar, reparar y reciclar) permite obtener grandes mejoras sobre la reducción en la producción de residuos. Sin embargo, debemos tener muy presente que el mejor residuo es el que no se genera y desde esta premisa es desde donde debemos trabajar.
El camino de los residuos que generamos una vez entregados a organizaciones para su reutilización o a gestores para su correspondiente destrucción es crucial para la protección del medioambiente y la salud. Sea cual sea la decisión que tomemos a la hora de desecharlo, debemos garantizar que los fines y procesos son los adecuados. En el siguiente vídeo podemos conocer las consecuencias que conlleva no hacerlo:
Consumo responsable
El consumo responsable consiste en optimizar el uso de los recursos y reducir el consumo, mejorando como consecuencia la calidad del género y las condiciones de trabajo que conlleva su producción. Derrochar materias primas, energía o agua genera elevados daños ambientales, incrementa los costes económicos y no mejora ni la calidad de vida ni la calidad del trabajo realizado.
¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen las cosas que compramos? ¿Cómo y quién las ha fabricado? ¿Qué recursos han sido necesarios para elaborarlas? ¿Qué pasa cuando nos deshacemos de ellas y qué conlleva?
Algunas respuestas te sorprenderán. Hagamos un recorrido por la historia de las cosas:
Movilidad sostenible
Hoy en día, los desplazamientos de personas y mercancías suponen la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, estando incluso por encima de las emitidas por la industria.
Según el MITECO (Ministerio de Transición Ecológica), las emisiones del transporte en España en el año 2014 fueron de 77,2 MtCO2-eq, habiéndose incrementado casi en un 50% desde 1990 como consecuencia del incremento en la demanda de movilidad de pasajeros y mercancías. No obstante, desde 2007 se ha registrado una disminución de las emisiones como consecuencia de la crisis económica y de las medidas de mitigación que se han puesto en marcha en este sector.
El sector transporte representa el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España y casi el 40% de las emisiones de los sectores difusos. Por modos de transporte, la carretera representa casi el 95% de las emisiones, mientras que la contribución de otros modos de transporte es bastante más minoritaria.
Más información
- Salidas gráficas y numéricas: visor de la Agencia Europea de Medio Ambiente sobre emisiones de gases de efecto invernadero.
- Emisiones sectores difusos y totales nacionales.
El transporte es el sector que más energía consume en España, alcanzando un 40% del total nacional. Cabe resaltar en este sentido que, solamente el vehículo turismo representa aproximadamente el 15% de toda la energía final consumida en España.
La mejora de la eficiencia energética en el transporte se fundamenta en tres grandes bloques de medidas (IDAE TECNOLOGÍA 2022)
Medidas de fomento del cambio modal: principalmente desde el transporte motorizado individual hacia modos más sostenibles: caminar, bicicleta y transporte colectivo. En este apartado se enmarcan como actuaciones principales la promoción de los planes de movilidad urbana sostenible (en el ámbito urbano y metropolitano), los planes de transporte al trabajo (en el ámbito laboral), la promoción de sistemas de bicicleta pública y los proyectos piloto de implantación de lanzaderas y servicios específicos de transporte colectivo.
Medidas de fomento de la renovación de flotas de transporte: promoción de la sustitución de tecnologías convencionales de automoción por vehículos, con tecnologías y/o combustibles alternativos, más eficientes: vehículos híbridos, eléctricos, de gas natural y de gases licuados del petróleo. También se promueve la compra de vehículos convencionales eficientes: clase A (Base de datos de consumos y emisiones de vehículos nuevos a la venta en España).
Medidas de fomento del uso racional de los medios de transporte: aplicación de técnicas de conducción eficiente a los distintos medios de transporte, gestión eficiente de las flotas de transporte y promoción de viajes compartidos en coche (car-pooling) y del uso de clubes de coches (car-sharing).
El transporte por carretera representa cerca del 80% del total de consumo final de energía del sector Transporte por carretera (IDAE, Consumo de carburantes 2022)
- En el año 2016, el transporte (carretera, ferrocarril, marítimo, aéreo) absorbió en España cerca del 42% del consumo final de energía. En el mismo año, la carretera representó el 79% del total de consumos del transporte.
- Desde 1990, los consumos del sector se han incrementado en un 60%.
- El transporte precisa actuaciones que permitan mejorar la eficiencia energética y suavizar de forma significativa sus consumos.
Los vehículos privados representan el 50% del consumo del transporte por carretera mientras que la contribución de otros modos de transporte es bastante más minoritaria.
Consecuencias del consumo de energía en el transporte
- La incidencia del consumo de energía en el transporte provoca serias consecuencias económicas y sociales, tales como: efecto invernadero, ruido y otros daños al medio ambiente, atascos, accidentes y empobrecimiento de la calidad de vida y de los servicios.
Por tanto, incorporar la movilidad sostenible como buena práctica tanto a nivel profesional como personal tendrá una gran repercusión sobre la mitigación del cambio climático.
Constituye un sector con un enorme potencial de ahorro, en el que las iniciativas orientadas a mejorar la movilidad o la propia eficiencia de los medios de transporte, son un auténtico reto.
Salud y medioambiente
Estos dos parámetros también están íntimamente relacionados. Los ecosistemas nos proporcionan varios servicios que protegen nuestra salud como son: productos medicinales, alimentos, agua, función de depuración del agua, depuración del aire, bienestar y felicidad. Unos ecosistemas bien conservados son cruciales para que las personas, como estos niños, lleguen a cumplir sus sueños, disminuyendo la mortalidad infantil (ver vídeo).
En el informe Lancet Countdown 2021 sobre salud y cambio climático, código rojo para un futuro saludable

…Los 44 indicadores expuestos en este informe exponen aumento en los efectos del cambio climático sobre la salud humana y las consecuencias de las respuestas. Inconsistente y tardía de los países en todo El Mundo sobre la salud. Arrojando una clara llamada de alerta para acelerar acciones que pongan a la salud de las personas y planeta como principal prioridad.
Lancet Countdown representa el consenso de investigadores lideres de 38 instituciones académicas y agencias de la ONU. Lancet Countdown es una colaboración internacional que monitorea de manera independiente las consecuencias sanitarias de un clima cambiante mediante la publicación de indicadores.
Difusión y concienciación
Tan importante como incorporar el criterio sostenibilidad en la Acción es comunicarlo. La difusión de las acciones realizadas y la manera de hacerlo es una buena práctica para entender mejor la procedencia de las cosas, constituye una garantía para el consumidor y aporta una buena imagen para la empresa u organización del proyecto. La transparencia es un buen aliado.
Economía circular
Podríamos hablar de infinidad de medidas que nos permiten implantar criterios de sostenibilidad más específicos:
- Certificaciones en las organizaciones y empresas: Implantación de Sistemas de Gestión, Normas ISO, Responsabilidad Social Corporativa; que nos permitirían detectar los puntos débiles de nuestros sistemas o procesos y corregirlos.
- Economía circular: un concepto económico que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal-, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía (FAO).
Todas las medidas están relacionadas entre sí. Es de esperar que con la aplicación de medidas relacionadas con la movilidad sostenible estemos aplicando además medidas sobre eficiencia energética y consumo responsable. Lo mismo pasa con la gestión de los residuos muy vinculada al consumo responsable, a la eficiencia energética y a la movilidad sostenible. Esto lo veremos mejor cuando lo pongamos en práctica.

El Pacto verde europeo, contempla la aplicación de estas medidas con retos a alcanzar para horizontes 2030 y 2050.

5. La URJC y la Agenda 2030
La Agenda 2030 vincula directamente a las Universidades en su ODS 4 (Educación) para “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” y, también otorga un papel trascendental a la investigación e innovación (especialmente en el ODS 9), ámbitos donde las universidades tienen un rol protagónico.
Más allá de estos ODS 4 y ODS 9, la totalidad de la Agenda 2030 reclama a las universidades y a la comunidad universitaria un rol esencial y un papel activo para su logro, especialmente en tres dimensiones estratégicas:
- Mediante la producción, transmisión y transferencia de conocimiento, es decir, desarrollando sus funciones esenciales de docencia e investigación.
- Como lugar de intercambio, socialización y transformación social, a través de la extensión universitaria y la vinculación con su entorno socioeconómico.
- Para establecer alianzas con empresas, administraciones públicas y sociedad civil (ONG, fundaciones, etc.), compartiendo objetivos comunes que contribuyan a los ODS.
La Universidad Rey Juan Carlos quiere convertirse en referente internacional como “Universidad 2030”, aprovechando el diseño del Plan Estratégico para impulsar y alinear esfuerzos de la comunidad universitaria en torno a los 17 ODS.
Queremos que nuestros estudiantes comprendan y aborden los retos generados con la Agenda 2030, que el PAS se movilice para contribuir a los ODS, y que el PDI esté motivado para integrar los ODS en su docencia, y para que investigue y plantee soluciones innovadoras que colaboren en la consecución de este reto. Queremos conformar una comunidad unida en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, desarrollar nuevas tecnologías y métodos para mejorar la salud y el acceso a agua potable, potenciar la calidad educativa, aumentar la eficiencia energética y el cuidado medioambiental y crear una sociedad más justa y pacífica.
Nuestra universidad asume este reto, y se suma a contribuir en el avance de los ODS a través del proyecto estratégico “URJC-2030”, que busca alinear los esfuerzos de toda nuestra comunidad universitaria para lograr el mayor impacto posible en los ODS y convertir a nuestra institución en referente universitario a este respecto.
La Oficina Verde de la URJC es la unidad encargada de la elaboración de este RAC Sostenibilidad: Criterios y toma de decisiones.
La Oficina Verde fue creada en el año 2010 con el objetivo de incorporar criterios de sostenibilidad de forma transversal en cualquiera de sus ámbitos de actividad: docencia, investigación y administración y gestión.

El ámbito de actuación de la Oficina Verde es la Universidad en su conjunto, lo que incluye todas sus instalaciones y todos los miembros de la Comunidad Universitaria.
La universidad en 2012, adquiere el compromiso en Consejo de Gobierno de implantar criterios sostenibles con la Declaración de Política Ambiental, y una Política de Eficiencia Energética. En 2014 adquiere el Compromiso de ser una Universidad a favor del Comercio Justo. En 2019 adquiere el compromiso de ser una universidad sostenible incorporando la agenda 2030 entre sus objetivos en el Plan Estratégico 2020.2025 y elaborando el proyecto URJC2030.
Desde la Oficina Verde son varias las líneas de trabajo que tenemos en marcha.
Entre las líneas de trabajo de la Oficina Verde está la de Sostenibilización curricular a la comunidad universitaria, o lo que es lo mismo, educación en desarrollo sostenible.

6. Casos prácticos
Veamos algunos ejemplos de casos prácticos de Acciones proyectadas, incluyendo el criterio de sostenibilidad desde el origen.
En varias zonas desfavorecidas de nuestro planeta se han llevado a cabo algunos proyectos sostenibles con diferentes objetivos bajo el patrocinio de Naciones Unidas a través del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
Acción contra la pobreza, el primero de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible
Es un proyecto realizado al sur de la India. Se trata de una acción contra la pobreza de algunas poblaciones donde varios grupos locales de pescadores consiguen con formación y asociacionismo, cambiar su situación económica.
Acción para el fomento de la Igualdad de Género
Se trata de otro proyecto patrocinado por el FIDA en el oeste del Nepal, basado en la formación y la organización entre mujeres, encaminado a fomentar el empoderamiento de las mismas, donde éstas están limitadas al trabajo doméstico y, por tanto, se encuentran en una situación de total dependencia económica de sus maridos.
Acción del uso de energía asequible y no contaminante
En este video encontramos un proyecto ingenioso donde los residuos pasan de ser un problema para un barrio de la ciudad de Manila (Filipinas), a ser parte de la solución. Residuos y eficiencia energética hermanados para iluminar una población a oscuras.
Acción para la reducción de las desigualdades en los Andes Ecuatorianos
El consumo responsable es una buena práctica de desarrollo sostenible. El comercio justo nos proporciona valores asociados al producto que adquirimos, entre otros, un consumo de un producto que ha sido elaborado con criterios de socialmente justos, de protección al medioambiente y económicamente equitativos. En este video nos explican cómo es posible poner en marcha la iniciativa y las dificultades que se va encontrando.

Bibliografía
Alburquerque, Catarina. (2014). Manual Práctico para la realización de los derechos humanos al agua y al saneamiento. Edita, Human Rights to Water and Sanitation. Portugal, 2014.
B.O.E. Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental.
Evaluación de los ecosistemas del milenio (2005): Ecosystems and human well-being: current state and trends. Millenium Ecosystem Assessment. Island Press, Washington, DC.
FAO. Economía circular
FOOT PRINT. FOOTPRINTNETWORK, Huella Ecológica de España (2008)
Gómez-Baggethun E. & de Groot, R., (2007). Capital natural y funciones de los ecosistemas: explorando las bases ecológicas de la economía. Revista Ecosistemas, Vol 16:3.
IDAE. Aula Digital del IDAE para aprender a Ahorrar Energía.
IDAE. Consumo y emisiones.
IDAE. Transporte.
MITECO, Oficina de Cambio Climático.
Martin de Wulf, (2015). Pirámides de población mundial desde 1950 hasta 2100.
NASA. Evidencias de cambio climático.
The Lancet. Informe Lancet Countdown 2021 sobre salud y cambio climático, código rojo para un futuro saludable.
Unión Europea. Pacto verde europeo
UNFCCC, (1994). Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio climático
UNFPA (2022) Fondo de población de las naciones unidas
URJC. Proyecto URJC2030.
WWAP (United Nations World Water Assessment Programme). 2015. The United Nations World Water Development Report 2015: Water for a Sustainable World. Paris, UNESCO.
Recursos gráficos y audiovisuales
Imagen de cabecera por: USFWS Mountain-Prairie.