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El método científico y su proceso. Primera parte

1. El concepto de ciencia y la creación de conocimiento

Para delimitar la idea de ciencia es necesario conocer su génesis etimológica, atendiendo a su origen latino, scientia, el significado es “conocimiento” o “erudición”, mientras que, del griego, isemi, obtenemos la acepción de “saber”.

Las ideas interrelacionadas (o los conocimientos socialmente disponibles en cada época) forman las teorías, así los resultados de las investigaciones van conformando los “marcos teóricos” de cada campo de conocimiento. Las teorías son muy importantes ya que el hombre sólo puede captar la realidad conceptualmente, es decir, a través de los conocimientos disponibles. Es cierto que la realidad nos viene dada y proviene de los hechos, pero el objetivo más importante del saber es la formulación teórica del conocimiento y teorizar la realidad significa comprenderla.

La ciencia es el conjunto de conocimientos en forma de términos y enunciados. La ciencia no está formada por hechos sino por ideas. La ciencia es conocimiento y nos sirve para lidiar y bregar frente a las adversidades del entorno. Es la base del desarrollo humano. (Izquierdo, 2018, 15).

1.1. ¿Cuál es el origen del conocimiento?

¿Cuál es el origen del conocimiento?

Al investigar estamos reproduciendo y contribuyendo al sentido acumulativo del conocimiento. A estas alturas de la evolución humana ya existe mucha erudición general y particular, el tránsito de la especie humana ha permitido acumular un rico pozo de cognición relativa a muchas disciplinas, pero afortunadamente el conocimiento es infinito, es una labor que nunca acaba, ni con la llegada de la inteligencia artificial, hasta ahora más focalizada en la acumulación y reproducción del conocimiento. Es evidente que, pese a las cotas alcanzadas podemos seguir avanzando en todas las áreas, ninguna disciplina está agotada, ni están cerradas las posibilidades de crear nuevas disciplinas.

Cada nueva investigación se basa en el conocimiento científico socialmente disponible, ya demostrado y consolidado, y a partir de ahí trata de aportar novedad en algún aspecto. Podemos decir que la creación de conocimiento es un continuo sin pausa, lo que se conoce sirve para crear más conocimiento, cada investigación parte del final de otra, igual que el final de cada investigación puede ser el principio de una siguiente. Dicho de manera gráfica: las conclusiones de una investigación, una vez consolidadas, valoradas por la comunidad científica, pueden formar parte del “estado de la cuestión” de otros trabajos.

El objetivo último de cualquier investigación no siempre consiste en aportar algo nuevo, bien porque no sea la intención, bien porque no lo consiga. El objetivo más importante de la ciencia, en su conjunto, es avanzar en el conocimiento, pero para ello también deben realizarse estudios previos en los que, por ejemplo, se revise la vigencia del conocimiento o se indaguen ciertos aspectos con mera intención exploratoria. Por tanto, existen trabajos de investigación cuyo objetivo de partida no es la novedad del hallazgo o el descubrimiento. Conviene explicar que el concepto de “novedad” también tiene su controversia, precisamente por lo indicado en relación al vasto entramado de conocimiento que ya existe y al complejo mundo de la autoría; y porque en ciencia esta idea probablemente tenga connotaciones muy diferentes a la idea de “novedad” en el mundo comercial o de la moda, por ejemplo. Novedoso en ciencia significa haber aportado un enfoque que permite considerar o abordar el fenómeno a estudio desde un prisma más enriquecedor, complementario o más eficaz.

Figura 1. Conocimiento acumulativo
Figura 1. Conocimiento acumulativo

En muchas ocasiones “descubrir” sí es la intención, pero no es lo habitual, sólo una minoría logra avances con impacto real. De hecho, es muy complejo hacer grandes aportes a la ciencia, pues depende de muchos factores, fundamentalmente la calidad del investigador/a y los recursos disponibles. Pero, aunque los resultados insólitos parezcan inalcanzables, el camino científico no debe parar, su práctica permanente abona el terreno y es como se llegan a revelar verdaderos y únicos hallazgos. Como decíamos al comienzo, el conocimiento es acumulativo, gráficamente podemos visualizarlo (véase Figura 1) como una pirámide en la que, efectivamente la punta, es única y vistosa, pero no hay que olvidar que se asienta sobre una extensa base de trabajo anónimo, histórico y grupal de toda la comunidad científica.

2. El Método científico

¿En qué consiste el método científico? En formular, anticipar y contrastar. Formulamos cuestiones sobre los entornos naturales y sociales basándonos en observaciones y en teorías ya existentes; anticipamos posibles soluciones basándonos también en conocimiento previo y, finalmente, contrastamos esas formulaciones y anticipaciones con la realidad mediante el análisis de los datos extraídos de la propia realidad. El resultado de la aplicación de este método es la ciencia. Así que, a partir de aquí podemos formular una nueva y sencilla definición de ciencia como “el conjunto de ideas obtenidas tras la aplicación del método científico”. El método científico es el que imprime el carácter distintivo al conocimiento científico, lo diferencial es cómo se adquiere, ya no es por inspiración, ni por revelación, ni por intuición, como sucedía hasta principios del siglo XVIII antes de la Ilustración.

2.1. Del flogisto al oxígeno

Del flogisto al oxígeno

El método científico tiene un objetivo de carácter instrumental, que es el conocimiento de la realidad, de ello se deriva otro de los puntos incuestionables y característicos del método: lo empírico. Podríamos decir que lo empírico y la realidad se convierten en sinónimos y son la base de la veracidad de la ciencia. Evidentemente es cuestionable que el hecho de extraer los datos de la realidad sea una garantía 100% de objetividad, ya que el posterior análisis siempre deja un margen a la interpretación personal influida por el contexto y cada paso en el tratamiento de los datos abre una puerta al error, pero ciertamente a diferencia del oscurantismo anterior, el hecho de basar la creación de conocimiento en la realidad existente supone un avance sin precedentes en la construcción de una ciencia más objetiva y de carácter universal. En la Figura 2 se puede observar cómo se consigue la vigencia de la objetividad de la información científica, es decir, el método científico no debe conformarse con saber registrar información que pertenezca al objeto de estudio, sino que además dichos datos deben ser pertinentes al punto de vista formal desde el cual el observador se coloca y, por ultimo esos datos registrados y pertinentes deben convertirse en datos contrastables y fiables, es decir que comprueban la certeza o verdad de los mismos.

Figura 2. Vigencia de la objetividad de la información científica
Figura 2. Vigencia de la objetividad de la información científica

El método científico es una herramienta que sirve a todas las ciencias. Aunque tuviera su origen en las Ciencias Naturales a día de hoy el método científico es la base de funcionamiento de todas las áreas del saber.

Evidentemente dada la naturaleza de los diferentes objetos, los principios racionales que orientan y justifican de forma específica cada tipo de materia, así como las técnicas para llevar a cabo sus correspondientes operaciones, el método científico necesitará mayores o menores adaptaciones, pero la esencia del método es universal para todas las ciencias.

El método incluye los siguientes pasos:

  • Selección de un problema
  • Revisión teórica de estudios anteriores
  • Establecimiento de hipótesis y/o preguntas de investigación a partir de los objetivos
  • Selección de la metodología y diseño de la investigación
  • Recogida de datos
  • Análisis e interpretación de los datos. Presentación de los resultados
  • Réplica

Figura 3. Pasos del método científico

El método científico, además, tiene las siguientes características (Sierra Bravo, 2008, 20).

Figura 4. Características del método científico según Sierra Bravo, 2008)

Es Teórico porque se basa en la teoría ya existente para elaborar sus formulaciones de partida. Es problemático-hipotético porque anticipa posibles resultados mediante la formulación de hipótesis. Es empírico porque acude a la realidad para hacer el contraste de las hipótesis. Es inductivo-deductivo porque en su proceso lógico la teoría y los hechos se retroalimentan mutuamente, precisamente porque el recorrido de los caminos lógicos es tanto ascendente como descendente entre la teoría y la realidad se crea y sigue un recorrido circular en la creación de conocimiento. Es crítico porque cuestiona el conocimiento existente, permanentemente lo contrasta con la realidad y así lo actualiza en función de la evolución de la propia realidad. Es analítico-sintético porque observa y conceptualiza los fenómenos del entorno y extrae conocimiento, formulando axiomas válidos para otras situaciones análogas. Es universal porque es válido para todas las ciencias y no distingue fronteras ni ninguna otra barrera de origen artificial.